Vivimos en una época en la que el teletrabajo se ha convertido en la norma. Sabemos que… funciona.
Aun así, contar con un espacio de oficina físico tiene claras ventajas. Es la piedra angular de la cultura de una empresa. Los espacios de trabajo compartido son reflejo de la importancia de un entorno que promueva la colaboración. En ellos también podrás encontrar espacios más tranquilos en los que poder concentrarte en profundidad o utilizar como lugar donde intercambiar ideas con el equipo evitando distracciones. Una oficina con un ambiente y estilos acogedores es más agradable y puede fomentar una mayor creatividad ( English ) que sería más difícil conseguir en las filas de cubículos grises que tanto hemos visto esta última década.
Contar con un espacio de oficina físico puede elevar el estado de ánimo y la productividad de los trabajadores de la misma manera que comenzar el día trabajando desde casa con ropa de calle y habiéndote cepillado los dientes difiere mucho de trabajar todo el día desde el sofá con los mismos pantalones de chándal del día anterior.
Cuatro miembros de WeWork nos cuentan de qué manera tener un espacio de oficina físico transformó su estado de ánimo y dio un impulso a sus negocios.
Las cifras no engañan
Después de perder su trabajo en el sector tecnológico hace aproximadamente tres años, Dillon Ceglio se formó en marketing digital y se hizo con un espacio compartido y flexible en WeWork. También se suscribió a Global Access, conocida ahora como All Access, lo que le permitió trabajar desde diferentes edificios WeWork en todo el mundo. En 2019 aprovechó las posibilidades que esta flexibilidad le ofrecía y viajó por todo el mundo.
«En esa época trabajaba como profesional de marketing digital freelance, y tenía cuatro clientes, ninguno de los cuales sabía que había dejado el país», nos dice. «Desarrollé una estrategia, fui a ciudades europeas en las que había oficinas de WeWork, así podía tener la certeza de que tendría la mejor red de Internet así como un sitio donde poder recibir llamadas». Ceglio pasó bastante tiempo en ubicaciones de WeWork en Londres, Berlín, Barcelona y Ámsterdam.
Gracias a la red global de WeWork, pudo impulsar su negocio de marketing digital. El año pasado, en medio de la pandemia, lanzó otro negocio, Chubby Snacks, que vende sandwiches saludables de mantequilla de cacahuete y mermelada desde WeWork Millennium en Los Ángeles. Para el lanzamiento del negocio tuvo que sustituir su espacio flexible y compartido por una oficina para cuatro personas.
«Hacemos mejor nuestro trabajo cuando trabajamos juntos», dice de su equipo. «El trabajo en remoto estuvo bien para nosotros al principio, pero no hay nada mejor que entrar en una sala de reuniones y analizar una estrategia en una pizarra».
El nuevo espacio de trabajo de Ceglio es una señal de su éxito empresarial y una motivación para seguir avanzando. «Como emprendedor, poner en marcha un negocio con muchos gastos generales ( English ), como necesidades de inventario, espacio de cocina, personal, etc., la toma de decisiones sobre cómo gastamos el dinero es siempre una prioridad, así que hasta que no recaudamos el capital de lanzamiento necesario, no me sentí cómodo firmando el contrato de la oficina», nos dice.
«Dicho lo cual, también tuve la sensación de que tener este espacio me motivaría mucho y me empujaría a trabajar más duro. Al invertir en la oficina, sabía que me mantendría alerta» dice.
Un sueño hecho realidad
La entrenadora de caballos profesional, Jane DaCosta, creó Metropolitan Equestrian Team (MET) en 2010. Su misión: ofrecer oportunidades educativas y la posibilidad de montar a caballo a cualquier niño o niña que quiera hacerlo, sea cual sea su situación socioeconómica. Los jinetes también tienen acceso a una plataforma educativa online donde pueden recibir clases de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, así como de temas ecuestres.
Nos cuenta en un correo electrónico que consiguieron cambiar la conversación con los estudiantes y esta pasó del «si voy a la universidad» a «cuando vaya a la universidad».
Diez años más tarde, después de haber ayudado a sus estudiantes a conseguir más de 1,4 millones de dólares en becas universitarias, DaCosta decidió que su plantilla necesitaba una sede central corporativa. Llevaba un tiempo dándole vueltas a la idea. Antes de que su madre falleciera en 2016, DaCosta recuerda que ella le decía que estaría bien tener su propia oficina y ser un buen ejemplo para los niños y niñas.
Encontró espacio en WeWork Dumbo Heights en Brooklyn y, en cuestión de un año, pasó de una oficina de dos personas a una de cuatro. Un mural que vio en WeWork con las palabras «This Is Happening» (Está pasando) cuando empezó a visitar posibles ubicaciones, resultó ser profético.
DaCosta ha recibido desde entonces de WeWork una subvención para empresas propiedad de ciudadanos de color ( English ) para seguir haciendo crecer la organización. Se trataba de la primera subvención recibida por MET. «Cuando me enteré, estaba en la sala de reuniones. Me arrodillé entre lágrimas sin creer lo que estaba ocurriendo. Era la ayuda por la que había estado rezando», nos cuenta.
Desde entonces, MET se ha expandido a otros estados, entre los que se incluyen Utah, Texas, Mississippi, Georgia, Maryland y Connecticut, y DaCosta atribuye a WeWork parte de ese éxito. «Agradezco a WeWork todo lo que ha hecho por mi organización y en especial al personal de la ubicación de WeWork en Dumbo Heights. Van más allá en cada paso del camino. Esta oficina es algo más que un simple espacio de trabajo, es mi sueño hecho realidad en muchos niveles», nos dice ella.
Un paso hacia el crecimiento
Durante los últimos seis años, la agencia creativa colombiana Laudiovisual ha proporcionado servicios entre los que se incluyen fotografía, producción audiovisual, redes sociales, diseño gráfico, estrategia de comunicaciones, y mejora de la imagen corporativa y de las estrategias de posicionamiento de marca. Pero el traslado reciente de la empresa a WeWork Barranquilla Carrera marcó una nueva fase.
«Estar aquí es para mí un sueño hecho realidad», nos dice la CEO Laura López. «Antes habíamos estado en instalaciones comerciales mucho más pequeñas donde teníamos que hacernos cargo de más gastos a cambio de un espacio muy pequeño. A medida que nuestra empresa creció, nos trasladamos a sitios mejor situados, pero nada parecidos a WeWork».
Los beneficios del nuevo espacio van más allá del espacio físico. WeWork ha ayudado a impulsar la motivación a nivel interno, así como la imagen de la empresa a los ojos de los clientes. «Nuestra rutina ha cambiado por completo, y el nuevo espacio ha aumentado nuestra proyección y nos ha permitido estar mucho más organizados», añade López. «Nuestros clientes también ven nuestra empresa de forma diferente: estar aquí nos proporciona fuerza, apoyo, proyección de crecimiento, orden y estilo, entre otros aspectos positivos».
Además, está el beneficio inherente de poder establecer conexiones que se producen cuando te instalas en un sitio como WeWork. «Estar aquí nos ha permitido conectar con grandes empresas que necesitan nuestros servicios», nos dice López.
Legitimidad y privacidad adicional
Durante un viaje humanitario a Burkina Faso con la ONG Plan International, la actriz y modelo Toni Garrn conoció a una joven de 14 años con unas habilidades increíbles con las matemáticas que tenía que hacer frente a la violencia en su hogar por haber elegido estudiar en lugar de casarse. Eso inspiró a Garrn a crear en 2016 la Toni Garrn Foundation para promover la educación y la igualdad para las niñas. A medida que su organización fue ganando impulso, con sus campañas de recaudación como el mercadillo de supermodelos, donde vende artículos propios y de los armarios de diseñadores de otras modelos, decidió instalarse en una ubicación de WeWork en Berlín.
«Nunca fui a la universidad, nunca tuve un trabajo convencional, así que para mí, tener una oficina, es algo exótico y está genial», dice Garrn, que empezó su carrera como modelo cuando era una joven adolescente y tuvo dificultades para compaginar sus estudios con una carrera floreciente.
«Celebramos reuniones con gobiernos y, a veces, con las Naciones Unidas, así que tener esta oficina es mucho más profesional que concertar una reunión en una cafetería a la vuelta de la esquina», dice. Tener una oficina subraya la importancia del trabajo que está haciendo.
«Esta fundación es un proyecto en el que he volcado mi pasión… y tener este espacio de oficina me recuerda que es un trabajo de verdad», dice Garrn. Es más, cuando su trabajo la lleve por distintas partes del mundo para hacer campañas y sesiones de fotografía, Garrn podrá acceder cómodamente a ubicaciones de WeWork en todo el mundo.
– A.M. Higgins ha contribuido en el reportaje
Angelica Frey es escritora y traductora especializada en arte, moda y comida. Originalmente de Milán, en estos momentos vive en Brooklyn.