Bienvenido a Community Corner, una serie que destaca el trabajo, las pasiones y el impacto de los equipos de nuestras comunidades de todo el mundo.
Al crecer en los suburbios de Boston, Izzy Jacques y su familia eran los únicos afroamericanos que vivían en su vecindario entre blancos. También fue la única persona de color en su escuela primaria. Jacques recuerda que más tarde, cuando estuvo en la Universidad de Bentley en Waltham, Massachusetts, solo había 54 hombres negros y varias mujeres negras de un total de 4000 estudiantes.
«No fue una experiencia negativa», explica Jacques, de 28 años, que trabaja como gerente de Programas empresariales en WeWork 33 Arch St de Boston. «De aquello, concluí que se podía conseguir más aquí en la ciudad de Boston en cuanto a diversidad e inclusión».
La pasión de Jacques es la diversidad y la inclusión, por lo que decidió ver qué podía hacer para resolver el problema. «El tercer jueves» fue su respuesta: un evento mensual de WeWork con empresarios e influencers empresariales negros y latinos.
En los eventos, las personas de color de la comunidad encuentran no solo apoyo empresarial, sino también apoyo moral. «Recibimos toneladas de preguntas de la audiencia para los ponentes», comenta. «Y expertos de la audiencia orientan a los ponentes para ayudar a promover sus causas también». Una ponente reciente, Shannon Clarke, fundadora de Queen and Baby, vino a hablar sobre cómo inicio su negocio y terminó estableciendo nuevos contactos y aumentando la exposición de su marca. «Shannon también recibió muchos comentarios de la audiencia sobre cómo llevar su marca al siguiente nivel», explica Jacques.
Por su parte, Jacques confiesa su emoción al ver resultados reales y la profunda conexión que surge en estos eventos. «En otras empresas en las que trabajé, mis ideas no siempre se tenían en cuenta». Según Jacques, en WeWork, puedes «realizar tu trabajo diario y disfrutar de tu pasión». Y su pasión es impulsar más eventos inclusivos en su trabajo diario. «Hemos visto organizaciones más diversas que organizan talleres y reservan eventos en nuestra ubicación, incluidos grupos LGBTQIA, empresas dirigidas por mujeres y la Asociación Nacional de Ingenieros Negros, por nombrar algunas».
A Jacques le alegra poder aprovechar sus experiencias pasadas y ayudar a mejorar la vida de las personas de color en Boston. «Es maravilloso pensar que WeWork y yo podemos desempeñar un papel importante para hacer que la ciudad avance».
Hablamos con Jacques sobre cómo llegó a WeWork, por qué nunca abandonó su ciudad natal y quién es la persona a quien más admira.
Invitada a una cena de ensueño: a Jacques le encantaría ser la anfitriona de Michelle Obama, y señala que es «muy inteligente, equilibrada e inspiradora». «Está muy en sintonía con sus raíces, de dónde venía y su trayectoria, y es muy clara sobre cómo le ha afectado todo eso», explica Jacques. «Además, Michelle tiene un estilo impecable; querría que me dedicara algunos consejos».
Lugar favorito en la tierra: los muelles de Esplanade en Boston. «Es un lugar de paz. Voy allí a sentarme y pensar, mirando hacia el agua y los veleros». Explica que está lo suficientemente lejos como para que no oír el tráfico y recomienda ir a mediados de semana para tener el lugar solo para ti.
Por qué nunca se fue de Boston: «He pensado en mudarme, pero por ahora tengo un compromiso aquí», comenta Jacques. «Conozco este lugar perfectamente, y creo que hay trabajo por hacer en cuanto a diversidad e inclusión antes de seguir adelante».
Actividad durante el tiempo libre: «Me gusta caminar por la montaña que está cerca de mi casa», y señala que si bien muchos no consideran que las Blue Hills son montañas, para la gente de Boston lo son.
Cómo acabó en WeWork: Jacques llevaba cuatro años trabajando en una empresa cuando se abrió un espacio de WeWork en su edificio. Estaba camino de mi oficina y las puertas del ascensor se abrieron en la planta de WeWork», recuerda. «Todo lo que vi fue gente superfeliz, baristas, tocando música, ¡todos se veían tan emocionados!» Cuando el ascensor ascendió a su propia planta y la puerta se abrió, miró a su alrededor y percibió cubículos anodinos. «Les dije a todos mis compañeros de trabajo que cuando entraran en el ascensor tenían que pulsar el botón de la sexta planta, que tenían ver lo que yo había visto», explica. «Al año siguiente, estaba trabajando en WeWork.