La pandemia ha sido una experiencia difícil para todos. En el caso de las pequeñas empresas que intentan despegar ha sido especialmente difícil. Cuando llegó el COVID-19, la empresa de desarrollo de aplicaciones para móviles Appdrop tuvo que cerrar su oficina en la zona de la Bahía de San Francisco y sus dos cofundadores volvieron a sus respectivas ciudades natales: uno a Nashville y otro a Washington, D.C.
«La transición al trabajo en remoto fue compleja. Ya éramos introvertidos y ahora todo resulta más difícil», comenta Kamar Mack, cofundador y director ejecutivo de Appdrop. Al no poder estar en el mismo espacio, resultaba mucho más difícil realizar la larga lista de tareas pendientes ( English ) implicadas en el desarrollo de una empresa: cualquier cosa desde el desarrollo y ejecución de las ideas de productos hasta la obtención de financiación o la contratación de personal.
Otro caso de relación entre cofundadores a larga distancia fue el de Ian Mukherjee, cofundador y director de ingeniería de Kouch, una plataforma de juegos en la que los aficionados pueden jugar con famosos. Mukherjee vive con su gato en un estudio en el distrito financiero de Nueva York, mientras que el otro cofundador de la empresa se encuentra en Florida. «Mi cofundador y yo hemos trabajado a distancia», comenta Mukherjee.
Mack y Mukherjee forman parte de un grupo de propietarios de pequeñas empresas que recientemente se enteraron, a través de una llamada de Zoom, que habían ganado 5 pases de WeWork All Access para ellos y para sus equipos durante los próximos 6 meses. WeWork puso en marcha un concurso ( English ) que otorgó los pases durante la Semana Nacional de las Pequeñas Empresas de Estados Unidos, para reconocer todos los problemas a los que estas se han enfrentado a lo largo del año pasado. WeWork All Access permite a los equipos trabajar desde cientos de ubicaciones de WeWork en todo el mundo.
Entre las muchas dificultades asociadas al trabajo en equipo a distancia, se ha formado un espíritu de cohesión. Supertext es una agencia de localización y traducción con oficinas en Los Ángeles, Zúrich y Berlín. «Nuestra naturaleza es global. Por eso, durante la pandemia y debido a las restricciones de viaje, hemos echado mucho de menos disfrutar de una experiencia compartida», comenta Kristy Sakai, directora ejecutiva de Supertext USA. Gracias a WeWork All Access, los miembros del equipo de Supertext pueden trabajar desde diferentes ciudades, pero en ubicaciones de WeWork. Esto les proporciona una experiencia compartida, para que puedan «seguir sintiendo que pertenecen a un mismo equipo distribuido entre diferentes ubicaciones», comenta Sakai.
La empresa de energía renovable Ecogy Energy ha crecido a un ritmo considerable. Sin lugar a dudas, una noticia positiva en estos tiempos. La empresa, que gestiona proyectos de energías renovables en diferentes estados, principalmente en comunidades con bajos ingresos, ha triplicado su tamaño en los últimos 3 años. Sin embargo, se ha expandido hasta un punto en el que no disponer de una oficina central supone un obstáculo importante.
La «sede» de la empresa se encuentra en Brooklyn. Sin embargo, según Joel Santisteban, gestor de proyectos, no es un cuartel general de verdad, ya que «hemos trabajado completamente en remoto durante el último año y medio». Santisteban se disculpó por el ruido de fondo, ya que estaba haciendo la videoconferencia desde una cafetería situada bajo el puente de Williamsburg. «Ahora mismo está pasando un tren», explica. Gracias a WeWork All Access, Santisteban está deseando poder reunir al equipo en una oficina en condiciones en Williamsburg muy pronto.
No disponer de un espacio para reunirse ha supuesto un problema para las empresas, pero también lo es no contar con el espacio adecuado. La parte más complicada de la pandemia, explica Jackie Geisler de Live Free Fitness LLC, ha sido vivir y trabajar desde un apartamento en Nueva York del tamaño del vestidor en la casa de sus padres en Nueva Hampshire. «Mi novio está justo al otro lado de esta puerta, trabajando desde la cama», explica.
Se trata de una situación familiar para muchas personas que trabajan en espacios domésticos compartidos. Dailyhuman, una empresa tecnológica que permite a la gente invitar a sus amigos la próxima vez que vayan a un restaurante en Estados Unidos, ha conseguido financiación recientemente. Han incrementado su equipo, que se encuentra disperso entre Tel Aviv y Melbourne, y han reunido a todos en Nueva York, donde se han reunido en la casa del fundador.
«Me pasé todo el tiempo pensando: necesito una pizarra blanca, necesito una sala de reuniones, necesito esto, necesito aquello», explica Zi Xie, directora de desarrollo empresarial en Dailyhuman. Disponer de acceso a espacio y materiales de trabajo permitiría a la empresa tener un ambiente ameno y desarrollar una cultura compartida, así como «hacer las tareas pendientes», añade. «Sería increíble disponer de acceso a un espacio para que todos podamos compartir la sensación de conexión», comenta.
Salma Qarnain Shaw y Roderick Lawrence, cofundadores de Black Man Films, también han estado haciendo todo lo que han podido para hacer crecer su organización a nivel virtual. Su productora cuenta las historias de hombres y mujeres negros, así como de personas de color. Tras su lanzamiento a finales de agosto, han podido grabar su primer corto (de forma presencial), así como colaborar con decenas de artistas y conocer a sus promotores (en formato virtual). Hacer todo esto durante la pandemia ha supuesto todo un reto según Shaw.
Disponer de acceso a un espacio de trabajo resulta esencial para el crecimiento, ya que va a permitir al equipo reunirse cara a cara con los promotores y artistas colaboradores. Permitirá desarrollar más «trabajo generativo», explica Shaw, tales como el desarrollo de un proceso de producción, la elaboración de un plan de negocio y tener reuniones con los socios de marketing y financiación. La productora se encuentra en conversaciones en la actualidad con festivales en todo el mundo, así como con algunos de los servicios de streaming más importantes. Según Lawrence, poder reunir a visitantes en una sala de reuniones con una pizarra blanca supondrá un gran paso adelante. «No es posible captar la esencia de nadie si no te reúnes cara a cara con esa persona en un espacio», comenta.
Tanto para este como para el resto de ganadores del concurso de pequeñas empresas de WeWork, esta es la oportunidad de contar con un espacio solo para trabajar. Podrán establecer conexiones con sus compañeros de equipo, estirarse y disponer de espacios tranquilos para concentrarse. Además, podrán acceder a una comunidad con la que relacionarse: todos los elementos que necesitan para poder alcanzar sus ambiciosos objetivos. Este año nos ha demostrado lo valioso que puede ser un poco de espacio para todos los aspectos de nuestra vida.
Anjie Zheng es redactora jefe de Ideas by WeWork. Anteriormente fue reportera del Wall Street Journal. También ha publicado su trabajo en Fast Company, Quartz y LitHub.
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