Hemos escuchado hasta el cansancio que los cambios son buenos. Pero cuando se trata de un cambio laboral no siempre se lo siente como algo positivo. Tanto frente a un cambio esperado (como puede ser la mudanza a una nueva oficina), como a uno sorpresivo (por ejemplo, debido a una fusión corporativa) lo más fácil es concentrarse en los aspectos negativos. Puede que peligre tu puesto de trabajo, que cambien tus tiempos de traslado o que sorpresivamente te encuentres incómodo en un ambiente que solía gustarte. Sin dudas, tener un fuerte arraigo con el lugar para el que trabajas te permitirá ver más allá del cambio laboral; pero cualquier situación que te genere estrés puede afectar el resto de las áreas de tu vida y por eso es importante aprender a sobrellevar las situaciones de cambio.
Según un estudio realizado por la American Psychological Association (APA) los empleados que experimentaron cambios recientes o recurrentes son doblemente más propensos a sufrir estrés crónico (55%) en comparación con aquellos que no reportaron cambios (22%), y cuatro veces más propensos a padecer problemas físicos (34% contra el 8%) (“Work and Well-Being Survey”, 2017).
“Cambios buenos, cambios malos: sabemos por investigaciones psicológicas que son estresantes pase lo que pase” sostiene David Ballard, Director de Psicología Aplicada para APA. “La mitad de la fuerza de trabajo de Estados Unidos estuvo afectada por cambios en el último año, y son quienes tuvieron más del doble de probabilidades de informar estrés en el día a día. Experimentaron síntomas físicos en el trabajo incluyendo dolores de cabeza, rigidez muscular, y dolores de espalda y de articulaciones. Comieron o fumaron más durante el día laboral de lo que solían hacerlo”.
Suena terrible pero el cambio no solo es inevitable, es esencial. Es imposible innovar, crecer o mantenerse competitivo sin él. Vale la pena hacer pequeños ajustes en tus hábitos diarios para fomentar ese crecimiento. Porque aquellos que puedan sobrellevar el cambio, que realmente prosperar durante él, son los que van a emerger de manera exitosa.
¿Estás preparado para enfrentar el próximo desafío con la frente en alto, guiándote a tí mismo, a tu equipo, o a toda tu compañía a través del cambio anticipado o sorpresivo? Estas estrategias que nos acercan los expertos ayudarán a todos a salir del otro lado sintiéndose incluidos, cargados de energía y preparados para lo que vendrá más adelante.
Si eres receptor del cambio laboral
Maneja tu propia reacción. Primero, sé sincero contigo mismo acerca de lo que estás pensando y sintiendo. ¿Asustado? ¿Ansioso? Reconócelo en lugar de enterrarlo. Segundo, expresa esos sentimientos con alguien que pueda escucharte sin juzgarte. “A menudo el proceso de expresarnos nos ayudará a sentirnos más comprendidos y calmados,” sostiene Alan Wolfelt, fundador del Center of Loss and Life Transition, incluso si esa otra persona no está “solucionando” nada. Y tercero, después de haber llorado nuestros sentimientos sobre las pérdidas del cambio (es sano hacer el duelo por un trabajo cómodo o un tiempo de traslado conveniente), podemos trabajar en encontrar nuestro mejor camino a seguir al preguntarnos a nosotros mismos cuáles serán los mejores resultados de estos cambios.
Involúcrate. Ya sea que eres el líder del cambio o su copiloto, el compromiso es una responsabilidad compartida, afirma Ballard. Y agrega “Los colaboradores tienden a confiar más en sus empleadores durante los tiempos de cambios cuando se sienten involucrados en la toma de decisiones y cuando hay comunicación efectiva y transparente”.
Además no siempre tienes que esperar a que te pidan tu opinión. “Haz que tu voz se escuche. Sé parte de las decisiones y de las actividades, y estáte motivado y dispuesto a participar en ese proceso” sostiene Ballard “Eleva los problemas cuando sea necesario para que las preocupaciones puedan ser abordadas”.
Encuentra los aspectos positivos. Una vez que sepas que el cambio es inminente, y que no puedes esquivarlo, empieza a buscar sistemáticamente las oportunidades que puedan surgir gracias a él, aconseja John Kotter, autor del libro “Nuestro iceberg se derrite: cómo cambiar y tener éxito en situaciones adversas”. “Desde el punto de vista emocional nuestras mentes, por lo general, se dirigen primero a los peligros porque así es cómo nuestros cerebros están constituidos” afirma. “Lo que tenemos que hacer es ir más allá y buscar aquellas oportunidades que, si somos inteligentes, podemos explotar con frecuencia”.
¿Tienes que enfrentarte con un jefe nuevo y poco calificado? Fortalecer a alguien que está flojo no solo puede ayudarte a desarrollar tus propias cualidades, sino que también te hará ganar la lealtad de tu superior. ¿Temes la reorganización de una empresa que te ubicará en un departamento distinto y con nuevas responsabilidades? Piensa en las nuevas e impactantes palabras clave que podrás agregar a tu perfil de LinkedIn.
“Las oportunidades vienen acompañadas de desafíos”, dice Ballard. “Si algo en la vida va a mejorar, las cosas tienen que cambiar. Cuando puedes aprender del cambio (incluso del cambio difícil) y sales del otro lado no solo habiendo navegado y sobrevivido, sino habiendo desarrollado nuevas habilidades, puedes aplicar esas lecciones en la vida para ser más exitoso y más feliz”.
Si estás liderando el cambio laboral
Comunica tu misión. Para Ballard, los gerentes y los líderes de los espacios de trabajo tienen una responsabilidad adicional: asegurarse de que los colaboradores se adapten bien tanto a los cambios sorpresivos (por ejemplo una recesión), como a aquellos anticipados (como una fusión o adquisición). “Si quieres funcionar de manera efectiva como organización, es decir como empleador, tienes que crear un ambiente en el que el cambio no vaya a terminar alterando la vida de los colaboradores y lastimando el negocio a largo plazo” sostiene. “Incluso si estás cambiando en una dirección positiva, vas a querer que todos estén alineados, porque si accidentalmente termina generando altos niveles de estrés y desconfianza, podría resultar contraproducente para los cambios que estás promoviendo”. Es imposible que tu startup de un giro en 180° cuando la mitad del equipo no entiende por qué esto es necesario ni cómo sus roles evolucionarán.
Nunca será demasiado aquello que puedas comunicar sobre los beneficios que conllevarán los cambios. Craig Schmeizer, fundador de Nectar Sleep, nos cuenta su experiencia acerca de la mudanza de su empresa desde WeWork 524 Broadway en Nueva York hacia un edificio propio de la compañía que será operado por WeWork. “Estamos trabajando en hacerle entender a la gente cuán maravilloso es el espacio, que está ubicado en una increíble área de la ciudad” dice. “Y también habrá seguimientos personalizados una vez que los colaboradores lleguen allí, para asegurarnos de que los niveles de energía sean elevados, organizaremos fiestas, celebraciones y destacaremos las nuevas formas en que se puede usar el espacio”.
Liz Welch, Directora Senior de Operaciones de Personal de Sonos (miembro de WeWork Holyoke Building en Seattle, Estados Unidos), afirma que existen reservas sobre compartir más, y no menos, información. “Es más probable que compartamos información tempranamente y en un estado menos completo, simplemente porque creemos que la gente debe enterarse lo antes posible sobre aquello que puede afectarlos”, afirma. “Nosotros les decimos a los equipos “Esto es lo que sé, esto es lo que no sé y en tal momento tendrás más información”.
Asume que las personas reaccionan de manera distinta al cambio. Welch descubrió que las personas continuamente reaccionan al cambio y que no hay una manera correcta o incorrecta de hacerlo. “Hay personas que tienen un gran empuje, que se adaptan rápidamente” explica. “Están innatamente entusiasmados por el cambio y pueden traducirlo rápidamente en oportunidad, innovación y optimismo”. Después están aquellos a los que les gusta el status quo. “Muchas personas sienten un nudo en el estómago, ese sentimiento intestinal que dice “No lo sé, esto da un poco de miedo, en realidad no me gusta”. ¿Quiénes están en el medio? El resto de nosotros. “La mayoría de las personas tienen algunas reservas sobre prácticamente cualquier cambio, incluso si a simple vista es algo bueno”, afirma.
Para transitar cualquier cambio de manera efectiva, no solo es importante conocer tu propia reacción frente a éste, sino también la reacción de las personas que se encuentran en tu equipo. “Los líderes que son arquitectos del cambio tienen que estar atentos a todas las personas a lo largo de ese proceso y no dejar a nadie atrás”, sostiene.
No descartes a aquellos que sean lentos para adaptarse. “Es fácil para cualquiera juzgar a las personas que se mueven más lentamente hacia el final de la aceptación del proceso y pensar que parecen quejosos” dice Welch. “Pero esas personas acarrean una enorme fuerza que tiene correlación con un sentimiento de fuerte disgusto hacia la ambigüedad o el cambio. Pueden estar profundamente convencidos, pueden ser profundamente leales, ambas características son positivas. No querrás nunca perder a ciertas personas solo porque les llevó más tiempo ajustarse al cambio” afirma. “Es mejor adaptarse como organización entorno a esas personas, antes que apresurarlas o perderlas”.
Es innegable: cuando algo cambia es porque la realidad que solíamos conocer ya no será la misma. Frente a la inevitabilidad de aquello que no podemos controlar, los consejos de estos expertos pueden ayudarte a enfocarte en aquello que sí puedes medir y prever. Y no lo olvides, como en muchas otras situaciones de la vida, el primer paso es la introspección para poder registrar antes que nada qué sucede dentro de nosotros mismos.