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La COVID-19 ha obligado a una gran parte de la fuerza laboral mundial, incluido el 42 % de la fuerza de trabajo de EE. UU., a trabajar desde casa. Muchos estudios han llegado a la conclusión de que los empleados están superando este cambio sin que eso afecte su productividad o sentido de colaboración. Sin embargo, en esos estudios no se evalúa detalladamente el concepto de «colaboración». Una mirada más profunda a los matices de la colaboración, desde charlas informales a la hora de descanso hasta reuniones estructuradas de la junta directiva, destaca que los empleados deben enfrentarse a distintas dificultades mientras trabajan desde casa.
En un estudio detallado, WeWork, en asociación con brightspot strategy, una empresa de investigación y participación, realizó una encuesta ciega representativa de los empleados profesionales de oficinas en Estados Unidos, Canadá, México y el Reino Unido. La encuesta definió 10 estilos de trabajo de los empleados y evaluó el impacto de trabajar desde casa en cada uno de los tipos. Obtén más información sobre los diferentes estilos de trabajo. Los estilos de trabajo variaban en función de cuánto se colaboraba, con quién se colaboraba y cómo se socializaba en el trabajo.
Metodología de la encuesta
El estudio comenzó y terminó en julio de 2020. Se les preguntó a empleados profesionales sobre sus experiencias trabajando desde la oficina (antes del aislamiento debido a la COVID-19), así como desde casa (durante la pandemia). Se reunieron más de 600 respuestas de seis regiones: las regiones del este, centrales y del oeste de Estados Unidos; Toronto y Montreal (Canadá); Ciudad de México (México); y Londres (Inglaterra).
La encuesta identificó la colaboración de tres maneras: la capacidad para reunirse y pensar ideas, la capacidad para mantener relaciones sociales y la capacidad para tener interacciones no planificadas.
Se les pidió a los encuestados que calificaran su capacidad para tener diferentes interacciones colaborativas y sus resultados, en una escala del 1 al 5, tanto en la oficina o trabajando desde casa. Se calculó la diferencia entre las calificaciones de trabajar en la oficina y desde casa para entender el porcentaje de disminución del rendimiento.
Hallazgos fundamentales
- La capacidad de reunirse y generar ideas ha disminuido, en promedio, un 11 % para todos los estilos desde que empezaron a trabajar desde casa. Para los empleados cuyos roles dependen de la colaboración, la caída es aún mayor, y oscila entre el 13 y el 15 %.
- La capacidad de mantener relaciones sociales ha disminuido, en promedio, un 17 % para todos los estilos a partir del comienzo del trabajo desde el hogar. Para los empleados que tienen vínculos estrechos con sus colegas, así como los que tienen dificultad para socializar en la oficina, la caída es aún mayor, y oscila entre el 20 y el 26 %.
- La capacidad de tener interacciones no planificadas es la que más ha disminuido, con un promedio del 25 %, en todos los estilos desde que se trabaja desde casa. En el caso de los empleados que colaboran en entornos de equipos muy unidos, la disminución es aún mayor: hasta un 40 %.
- La gran mayoría (90 %) de las personas quiere volver a la oficina al menos un día a la semana. El veinte por ciento de ese grupo quiere volver cinco días a la semana.
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En el espacio de trabajo, la innovación, la creatividad y la salud organizacional dependen de una colaboración exitosa. La pérdida de esos resultados obstaculizará el rendimiento empresarial sostenido, el compromiso de los empleados y la salud de la organización a largo plazo.
«El movimiento global del trabajo desde casa podría generar una caída de la productividad mundial y amenazar el crecimiento económico durante muchos años», afirma el economista de Stanford Nicholas Bloom. Destaca la correlación entre la colaboración en persona y la innovación, y le preocupa cómo «las nuevas ideas que estamos perdiendo hoy en día podrían traducirse en menos productos nuevos en 2021 y posteriormente, la reducción del crecimiento a largo plazo».
El trabajo a distancia también obstaculiza la cultura de la organización a largo plazo. Esto se ve más claramente cuando se observa a los nuevos empleados. Las herramientas remotas pueden facilitar sesiones informativas de incorporación, pero no son la mejor opción para que los nuevos empleados puedan aplicar sus fortalezas o expresarse genuinamente. Los empleados nuevos también pueden sentirse alejados de la cultura de la empresa. Muchos empleados, tanto nuevos como antiguos, están experimentando un aislamiento social. Sin la capacidad de crear o mantener relaciones sociales, se ven afectadas la cultura empresarial y la salud organizativa a largo plazo.
Además, uno de los mayores impactos del trabajo desde casa ha sido la falta de interacciones no planificadas. Esto impacta negativamente la creatividad, la innovación y el tejido social de la organización en general. Los encuentros espontáneos dan lugar para inventar y fortalecen las organizaciones. Esas interacciones suelen generarse durante los períodos de descanso, antes o después de reuniones, en el pasillo o en los puntos de amenidades de toda la oficina. Este tipo de colaboración durante la interacción no planificada estimula la creatividad, lo que conduce a la innovación. Las interacciones diarias que se dan entre conversaciones centradas en el trabajo y las redes sociales contribuyen a la cohesión general del grupo. Sin esos encuentros espontáneos, se pierden muchos beneficios.
Al comprender los poderosos impactos negativos a largo plazo de la reducción de la innovación, la cultura organizacional y la creatividad, nuestra encuesta estaba estructurada para evaluar las formas en que la colaboración afectó esos resultados.
¿Qué empleados son los que más dificultades tienen trabajando desde casa?
Entre los 10 estilos de trabajo que definimos, los que han tenido dificultades para colaborar mientras trabajaban desde casa son: colaboradores (personas que pasan más del 65 % de su tiempo trabajando con otros), internos (aquellos que pasan más del 62 % de su tiempo trabajando con otros empleados internos, a diferencia de proveedores o clientes externos) y tribus (personas que socializan con su equipo, pero que tienen menos probabilidades de priorizar la expansión de esas conexiones a través de una organización).
Estos tres estilos de trabajo han luchado por mantener las relaciones sociales, crear confianza, colaborar y permanecer conectados con los colegas mientras trabajan desde casa. Adicionalmente, esos estilos de trabajo representan entre el 14 y el 46 % de la población de empleados profesionales de oficina. Los internos constituyen el 46 % de la fuerza laboral que trabaja desde el hogar (aproximadamente 25 millones de empleados en EE. UU., 5 millones en Ciudad de México, 3,1 millones en Canadá y 1,24 millones en Londres) y, entre todos los tipos de estilo que encuestamos, son el grupo más afectado por el trabajo remoto.
Los colaboradores tienen dificultades para trabajar
Los colaboradores son capaces de mantener relaciones sociales mientras trabajan desde casa, pero tienen menos posibilidades de colaborar eficazmente con sus colegas en proyectos laborales. Cuando interactúan con sus colegas, se esfuerzan por tomar decisiones rápidamente, resolver problemas de forma creativa y generar nuevas ideas, obtener orientación, proporcionar tutoría, crear confianza y conectarse con las noticias y la cultura de la empresa. En esas áreas, los colaboradores informaron la mayor caída en el rendimiento (que oscila entre el 12 y el 18 %) en comparación con aquellos que trabajan menos con otros.
Trabajar desde casa puede afectar aún más las reuniones e interacciones entre colaboradores, un factor esencial para la calidad del rendimiento laboral. Una de las personas que respondió a nuestra encuesta resaltó esa dificultad, afirmando que sin estar físicamente en la oficina, su equipo ya no puede quedarse hasta tarde para terminar un proyecto en un plazo determinado.
Los internos tienen menos interacciones de calidad
Los internos han tenido menos interacciones mientras trabajaban desde casa. Su capacidad para facilitar las interacciones disminuyó un 28 %, y la calidad de esas interacciones disminuyó un 15 %. Con una disminución del 34 % en la capacidad de tener interacciones durante descansos, un encuestado señaló que esas interacciones de «período de descanso» no son posibles mientras se trabaja desde la casa, ya que «es imposible acercarse hasta el escritorio de alguien o socializar informalmente junto a la máquina de café».
Desde un punto de vista social, las tribus sufren el trabajo en casa
Las tribus han visto grandes caídas en muchos factores sociales desde que trabajan desde el hogar, y su capacidad para facilitar las interacciones (planificadas o no) ha disminuido en un 34 %. En las interacciones que tienen, están luchando por mantener las relaciones sociales, obtener orientación y construir la confianza (lo que disminuyó un 23-26 %). Las tribus están estrechamente conectadas con aquellos con los que trabajan de manera frecuente, y este cambio de trabajar desde casa ha impactado su capacidad de mantener esas relaciones. Un encuestado enfatizó que su productividad y éxito están vinculados a la historia y las relaciones de su equipo: «tenemos un equipo que ha trabajado en conjunto durante mucho tiempo. Por eso todos nuestros proyectos son exitosos».
Cómo reanudar la colaboración en el ámbito de la oficina
Una gran parte de la fuerza de trabajo ha estado trabajando desde su casa y se ha perdido los beneficios de la colaboración presencial. La innovación se basa en la capacidad de reunirse y colaborar de forma productiva, la salud organizativa se basa en relaciones sociales saludables, y la creatividad se basa en interacciones no planificadas. Las respuestas a la encuesta en los 10 estilos de trabajo y, en particular, en el caso de los colaboradores, los internos y las tribus, demuestran que, a largo plazo, comenzaremos a ver los impactos del trabajo desde casa en la innovación, la salud organizativa y la creatividad.
A medida que disminuye la cantidad de reuniones planificadas y, especialmente, las no planificadas, la calidad de la interacción también disminuye, con consecuencias directas y negativas para la cohesión del equipo y los resultados laborales. La pérdida de rendimiento y productividad han sido medidas en diferentes estudios. Sin embargo, la pérdida de creatividad es más difícil de identificar. La pérdida de creatividad se hace evidente a través del impacto a largo plazo en comportamientos organizativos saludables, como la innovación y el desarrollo.
La capacidad de reunirse y colaborar, mantener relaciones sociales y tener interacciones no planificadas puede seguir deteriorándose mientras los empleados continúan trabajando desde casa. Esto podría tener un impacto negativo en el rendimiento empresarial sostenido, el compromiso de los empleados y la salud de la organización a largo plazo. Un espacio de trabajo compartido proporciona el entorno ideal para las interacciones de calidad, el acceso a las personas y los recursos necesarios que permiten ser productivos, y las oportunidades de encuentros fortuitos para construir lazos sociales.
El 90 % de los encuestados quiere volver a la oficina, al menos, un día a la semana y el 20 % de ese grupo quiere volver cinco días a la semana. Cuando se les preguntó qué les impedía volver a la oficina, uno de los encuestados dijo: «Nada en absoluto. Quiero regresar a mi oficina lo antes posible». El regreso a un espacio de trabajo compartido, diseñado a partir de medidas de seguridad, puede ayudar a todos los estilos de trabajo a aumentar la cantidad y la calidad de sus interacciones y colaboración.
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