Este artículo se publicó por primera vez en Mexico Business News.
No solemos hablar mucho de cultura empresarial, pero es primordial para que una empresa prospere. Google es un buen ejemplo de una empresa que ha creado una cultura empresarial sólida de forma global. Es bien conocido su esfuerzo por usar el entorno de trabajo para fomentar una cultura específica: básicamente, una zona de juegos para adultos en la que los trabajadores se ven completamente rodeados de la cultura.
Aunque no tenemos ni el deseo ni la capacidad de imitar el complejo de oficinas principal de Google, deberíamos plantearnos seriamente cómo se sienten los empleados ( English ) en su día a día en el trabajo, tanto si es en nuestras oficinas como si están teletrabajando.
Y, si bien es probable que la normalidad tal y como la conocíamos en el lugar de trabajo no vuelva, sí que es verdad que la peor parte de esta crisis seguramente haya quedado atrás, algo que ha dejado a los negocios y, en particular, a los profesionales de RR. HH. con la misión de averiguar cómo será la cultura de empresa en un mundo híbrido. Microsoft encargó recientemente un estudio en el que se confirmaba, entre otras cosas, que «pese a que no ha habido problemas a la hora de mantener la productividad con el teletrabajo, parece que existe cierta presión en la cultura de equipo que está poniendo trabas a la innovación».
En un mundo híbrido, las conexiones humanas son indispensables para nuestra salud mental, el sentimiento de inclusión y la capacidad de una empresa de mantener la cultura y el compromiso. A medida que nos acercamos a la nueva normalidad, será más importante que nunca poner énfasis en el cómo, dónde y cuándo trabajamos para conservar y fortalecer la cultura de empresa.
Durante la crisis, hemos experimentado una increíble cantidad de ansiedad y de pérdida ( English ). Entre otras cosas, hemos perdido la capacidad de conectar con amigos y familiares de formas realmente valiosas. El hecho de trabajar desde casa nos ha brindado magníficas oportunidades de colaborar con los demás y seguir haciendo un buen trabajo. Sin embargo, tan solo es una pieza del rompecabezas. La experiencia conjunta de trabajar y vivir en un mundo virtual nos ha enseñado que podemos adoptar una mayor flexibilidad en la forma en que nos planteamos el trabajo. Ya no necesitamos juntarnos cada día para que haya productividad, aunque también vemos con claridad que trabajar de forma virtual no llegará nunca a reemplazar el juntarse para llevar a cabo una lluvia de ideas y establecer conexiones estrechas entre nosotros.
Así pues, nos preguntamos cómo podemos crear y mantener la cultura en un lugar de trabajo híbrido. La respuesta puede ser muy sencilla o extremadamente complicada. Los debates sobre el futuro del trabajo deberían ser en torno a la gente, a cómo podemos priorizar su salud y seguridad, cómo podemos desarrollar su bienestar y cómo podemos ofrecerles un lugar de trabajo seguro y flexible que fomente la productividad, el compromiso y el confort general.
En este momento en la historia, los líderes tienen la enorme oportunidad de dar forma a un modelo híbrido que se ajuste a sus empresas. Sin embargo, las interacciones entre los líderes y sus equipos será fundamental a la hora de mantener una cultura unificada que prospere durante la transición. Estas son algunas de las acciones que los líderes pueden adoptar para facilitar la cultura y la conexión en un lugar de trabajo híbrido.
En nuestro papel de líderes, debemos servir de inspiración y dejar atrás las jerarquías.
Las empresas crecen y triunfan cuando los empleados se sienten parte de algo y que comparten un propósito. Esto puede disiparse cuando sienten que no se les está tratando de la misma forma que a otros. Al trabajar en equipos híbridos, es importante cerciorarse de que cada persona se siente representada. Uno de los estudios de investigación que llevamos a cabo el año pasado muestra que el 80 por cierto de los milennialls y los de la generación Z (o «centuriales») están menos conectados con sus compañeros y líderes desde que empezaron a trabajar desde casa, lo que se traduce en una posible mayor dificultad para que los equipos que trabajan en remoto se conecten e involucren de la misma forma que los equipos que trabajan cara a cara. Para evitar esto, los líderes deben recurrir a formas de liderazgo más estimulantes ( English ) para compensar la falta de encuentros sociales e interacciones en persona.
Fomenta interacciones informales con tu equipo.
Las reuniones virtuales son magníficas, pero, aceptémoslo: nunca podrán reemplazar a las reuniones espontáneas o las conversaciones elocuentes que tienen lugar en las oficinas con una taza de café en la mano. Estas reuniones informales e inesperadas ofrecen un punto de partida para relaciones estrechas y estratégicas, en las que la gente intercambia ideas, colabora y refuerza unas redes sociales de grandísimo valor para el futuro de cualquier profesional. Estos tipos de interacciones no ocurren de forma tan natural en un entorno virtual: los líderes tienen que forzar la situación y generar nuevas propuestas para fomentar estas interacciones mientras los empleados siguen trabajando in situ y de forma remota.
Expresa con claridad qué esperas como líder.
A medida que seguimos la transición a la «nueva normalidad», estamos aprendiendo cosas cada día y descubriendo qué funciona y qué no. En vista de esta incertidumbre, debemos establecer unas expectativas clarísimas y ofrecer seguridad a nuestros equipos. Nuestra responsabilidad como líderes es revelar las nuevas posibilidades híbridas disponibles, fijando las normas desde el principio y comunicando de forma eficaz qué se espera de cada individuo, independientemente de su modelo de trabajo.
Aprovecha la oportunidad para apostar por la innovación en el lugar de trabajo.
Desde mi punto de vista, este es el mejor momento de transformar nuestra forma de trabajar para cuestionar el statu quo e innovar en el lugar de trabajo: es el momento de implementar cambios que beneficien la productividad, creatividad y bienestar de toda la organización. Si se enfoca de la forma correcta, un lugar de trabajo híbrido que permita a los trabajadores decidir dónde, cómo y cuándo pueden trabajar brindará a las empresas la oportunidad de aprovechar al máximo su talento estén donde estén, al tiempo que reducirán costes y dejarán huella de forma positiva.
Si bien proteger nuestra cultura de empresa durante esta crisis y más allá puede que sea uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta el mundo pospandémico, de nosotros depende convertir estos desafíos en grandes oportunidades para el futuro.
Álvaro Villar es el director general de México y América Central de WeWork, con sede en Ciudad de México.