La función de responsable inmobiliario es fundamental para las grandes empresas (aquellas que cuentan con al al menos 500 empleados a tiempo completo). La forma en que las personas que se dedican al trabajo intelectual interactúan con la oficina no ha cambiado desde que Frank Lloyd Wright diseñó la revolucionaria sede central de Johnson Wax hace más de 80 años; lo mismo se podía decir de los responsables inmobiliarios (hasta hace poco). Antes de la COVID-19, los responsables inmobiliarios llevaban décadas trabajando de la misma manera.
Quienes se dedican a ello siempre han estado a cargo de traducir las estrategias empresariales en patrimonio inmobiliario físico, así como de gestionar la cartera. Los responsables inmobiliarios proporcionan las herramientas y el espacio necesarios para que los equipos creen productos, ideas y soluciones de éxito. También desempeñan un papel fundamental a la hora de mitigar los riesgos económicos y de ocupación de estas inversiones, que suponen el segundo mayor coste para la empresa, por detrás del capital humano.
Hoy en día, tras la pandemia de COVID-19, se ha producido otro cambio fundamental que ha transformado el cometido y la importancia del equipo inmobiliario corporativo dentro de las empresas a las que respaldan. A medida que la vuelta al trabajo se consolida, la evolución hacia un auténtico modelo de trabajo basado en actividades para una masa crítica de empresas que, de otro modo, podrían haber tardado 15 años o más se ha acelerado ahora a 15 meses. La demanda de flexibilidad por parte de la plantilla obliga a las empresas a determinar cómo utilizan el espacio y dónde lo necesitan, así como los nuevos estándares de diseño que pueden servir de respaldo a su base de empleados y objetivos de negocio.
El papel en evolución del responsable inmobiliario
Tras la crisis financiera de 2008-2009, la misión de los equipos inmobiliarios empezó a pasar de centrarse únicamente en el coste a ser un valor añadido para la empresa: el lugar de trabajo se convirtió en una herramienta para atraer y retener el talento ( English ). Los espacios de trabajo excepcionales y la amplia variedad de servicios se tradujeron en más colaboración, compromiso, productividad y, lo que es más importante, satisfacción de los empleados. Sin embargo, la mayoría de las empresas aún exigían que los empleados acudieran a la oficina cinco días a la semana. La pandemia ha cambiado esto, puede que para siempre.
Aunque aún se espera que la estrategia empresarial se traslade sin problema al ámbito inmobiliario, el responsable de este sector ahora se codea con los directores generales. Al centrarse ahora en en la experiencia de los empleados, la colaboración, la innovación o la creación y retención de la cultura, entre otros aspectos, las empresas se dan cuenta de que la forma en que los empleados interactúan con un entorno físico ya no puede ser una ocurrencia a posteriori, sino que forma parte integral de los procesos de toma de decisiones.
Cada responsable inmobiliario tiene la misión de crear momentos que inspiren a un miembro de la plantilla a quitarse el pijama para comenzar la jornada laboral o para acudir a la oficina. Deben crear las ocasiones para que se produzcan «choques colaborativos» y fomentar la interacción significativa entre los individuos. Una estrategia de personal debe incluir ahora la misión, la visión y los valores de la empresa, con el bienestar de los empleados como prioridad. Es un cambio muy abrupto.
Los empleados cuentan con un nuevo servicio de primer nivel
Con el fin de la pandemia a la vista, es evidente que un modelo de trabajo híbrido será la estrategia dominante que adopten las empresas a corto y medio plazo. Los empleados han demostrado que pueden ser productivos sin precisar supervisión directa en persona. No obstante, como criaturas sociales que somos, la mayoría de nosotros necesitamos un nivel de compromiso que resulta difícil de conseguir en un entorno completamente remoto. El trabajo desde el hogar, desde cerca de este, en la oficina y todas las opciones intermedias constituyen la nueva normalidad.
Las empresas de Silicon Valley han dedicado la última década a atraer al talento de sectores más tradicionales con la promesa de comida de catering, masajes en la oficina y tenis de mesa. Ahora, la flexibilidad es el servicio más importante en la guerra por el talento. Estamos pasando de un modelo dictado por el empresario a un modelo centrado en el empleado, en el que la posibilidad de elegir será un factor decisivo para aceptar una oferta de trabajo. Productos como WeWork All Access, que permite a sus miembros trabajar en cualquiera de los cientos de ubicaciones de WeWork en un día determinado, junto con ,el pago por uso WeWork On Demand, proporcionan la flexibilidad que buscan los empleados.
La flexibilidad como barrera contra el riesgo
Aunque el cometido del responsable inmobiliario ha cambiado para centrarse más en la experiencia de los empleados, la mitigación de riesgos sigue siendo una parte fundamental de su trabajo. En los últimos 20 años ha habido tres momentos «cisne negro» (el 11-S, la crisis financiera de 2008-2009 y la pandemia). La planificación de la plantilla ya supone un desafío notable en circunstancias óptimas y se vuelve casi imposible en tiempos de incertidumbre extrema. Las empresas ya no tienen la confianza suficiente para hacer apuestas a largo plazo en el sector inmobiliario. A ello se suma la oleada de espacios flexibles: la solución de espacio que el responsable inmobiliario puede ofrecer ahora mismo, con bajo riesgo, para lograr que los empleados vuelvan al oficina.
Esta es una de las razones por las que WeWork ofrece la posibilidad de traslado a nuestros miembros. Se trata de la capacidad de una empresa para trasladar sus oficinas de una ciudad a otra (traslado de ubicación), o trasladar un servicio o producto a otro (transferencia de productos). Esto es el ideal de la flexibilidad.
Cuando una empresa contempla todos los aspectos del futuro de la oficina, los responsables inmobiliarios con más éxito impulsan un modelo que favorece la forma de trabajar de las personas, estimula la adquisición y retención de talento, y da prioridad a la mitigación de riesgos.
La oficina no ha muerto; solo ha experimentado un cambio radical. WeWork, a través de nuestra oferta global de productos flexibles , se encuentra en una posición única para ayudar a los responsables inmobiliarios a satisfacer las necesidades de sus empresas tanto ahora como en el futuro. Impulsar la estrategia inmobiliaria jamás ha tenido tanta importancia.
Tom Bruister es un veterano con 15 años de experiencia en el sector inmobiliario y dirige el equipo de ventas a empresas de WeWork en el oeste de Estados Unidos y Canadá. Antes de incorporarse a WeWork, fue vicepresidente de personas y lugares; dirigía la actividad inmobiliaria de Quantcast a nivel mundial. Bruister también ocupó puestos de alto nivel en el departamento inmobiliario de McKesson, así como en JLL. Cuando no está centrado en el futuro del trabajo, le gusta explorar nuevos parques infantiles con su hijo de dos años y medio, ir a cualquier galería de arte que encuentre y viajar (una vez que esto vuelva a ser posible).
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